Farmalud

Farmalud, la consolidación de un proyecto que crece con sus clientes
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Farmalud es un nuevo caso dentro del Proyecto de Inguralde “Farmalud”. Personas y Empresas que con sus ideas y sus proyectos contribuyen a hacer de Barakaldo una Ciudad para vivir y trabajar.

Dice el tango de Carlos Gardel que “veinte años no es nada” y en consecuencia,  diez son casi nada en el proyecto de Alicia Gómez, que tras su consolidación, comienza una  nueva etapa llena de ideas y con la misma ilusión de sus inicios.

Alicia proviene de una  tradición de comerciantes en Barakado, su madre regentó durante muchos años un comercio que se convirtió en referencia de su sector de actividad “Modas Mentxu”, y aunque ella inicialmente participó de otras inquietudes profesionales e incluso se planteó la posibilidad del trabajo en la administración pública, finalmente, y al igual que en el tango “siempre se vuelve al primer amor”. Así,  tras descartar otras alternativas, comenzó sus estudios de diseño y patronaje con tal pasión y dedicación que al acabarlos le ofrecieron ser profesora del centro donde los desarrollaba. Y es que en palabras de la propia Alicia, “nada sale mejor que cuando haces lo que te gusta”.

Pero la vida profesional de Alicia iba a dar otro giro ligado a su vida personal, el nacimiento de su hijo. Las nuevas, y en ocasiones las imperiosas necesidades que la llegada de un bebé a la vida familiar provocan, hizo detectar a Alicia una necesidad no cubierta en su barrio, la existencia de un comercio que atendiera la necesidades de los bebés, sobre todo en el primer año y medio de vida.

Dicho y hecho, puso en marcha su proyecto en la zona Urban de Barakaldo, una zona nueva, con población joven, familias en proceso de conformación y un alto índice de natalidad, que a priori garantizaban la existencia de un mercado para su proyecto, variable esta, fundamental para cualquier actividad comercial.

Esto, que podía parecer el abandono de la vocación inicial en el mundo de la moda, se convierte en el descubrimiento de una nueva pasión, la creación, gestión y crecimiento de un nuevo proyecto empresarial. Este proyecto nace en los albores de una de las crisis económicas más importantes del último siglo y esto, sumado a las incertidumbres y dificultades iniciales de cualquier nuevo proyecto empresarial, hacen más difíciles los comienzos de la andadura de Farmalud, pero la tenacidad y la firme convicción en su negocio hicieron que Alicia como Gardel “adivinara el parpadeo de las luces que a lo lejos” marcaron el camino del éxito a pesar de las dificultades.

De aquella época mantiene un producto emblemático para Farmalud, las canastillas para bebé, en las que aúna su pasado en el sector de la ropa, con su presente y porque no su futuro en la apertura de nuevos mercados. Pero en estos diez años de vida, Alicia ha visto cómo “sus niños crecían” y en consecuencia dejaban de tener aquellas necesidades que dieron lugar a la puesta en marcha del negocio, esto, lejos de ser un problema, se convirtió en una oportunidad para que Alicia decidiera reinventarse una vez más, evitando la tentación de “Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo” de los éxitos pasados, dirigiendo ahora su oferta a quienes durante tanto tiempo la han tenido como referente en el barrio, los padres.

Así, tras un período de reflexión estratégica, ha apostado por convertir a Farmalud, en un espacio de innovación para la salud y el bienestar de sus clientes, de esta forma ha puesto en marcha nuevas líneas de negocio, como servicios de nutricionista y entrenador personal, masajista osteópata (con grupos de hipopresivos y streching), depilación láser. Se ha ajustado al horario de regreso a casa y cierra a las 20.30 horas, ajustando su oferta a la demanda

En este nuevo planteamiento, no ha olvidado la incorporación de las nuevas tecnologías, y ha puesto en marcha su página web para alcanzar nuevos segmentos de mercado, pero tampoco olvida sus orígenes incorporando una sala de lactancia de la mano de Inguralde y relanzado uno de sus iconos, las canastillas de bebé en colaboración con otros comercios de la ciudad.

En definitiva, Farmalud se configura como un ejemplo de comercio que se ha ido adaptando a la evolución de su mercado a través de la constante innovación, y que en palabras de Alicia “quiere envejecer con el barrio” sin que las “nieves del tiempo plateen la sien”, de su negocio y con la convicción  “de que el viajero que huye (en este caso de su mercado) tarde o temprano detiene su andar”.

Última actualización: febrero 2019

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